Cuando nos enamoramos muy intensamente, generalmente nos compenetramos tanto con nuestra pareja que pareciera que dejamos de vivir dos vidas para tener una sola. Esto incrementa cuando empezamos a pasar más tiempo juntos, sentimos que dejamos atrás nuestro pasado para empezar a construir un presente juntos.
De esta manera nuestros gustos comienzan a parecerse, los hobbies y otros elementos suelen ser muy similares. Sin embargo, no podemos irnos hasta este extremo, no podemos dejar de tener un espacio personal, se debe buscar un punto medio donde podamos seguir con nuestra vida, a la vez que disfrutamos actividades con nuestra pareja. Acá cabe aclarar que estas no pueden ser impuestas ni obligadas, pues terminaríamos por perder la esencia de cada uno.
Un gran consejo para poder disfrutar gustos juntos es ser seguro de quién eres. No tienes por qué sentir vergüenza de tus pasiones, habla con tu pareja sin temor ni cohibiciones, así ella no comparta tus gustos. Esto no significa que de inmediato se apasionará ni que esté obligado a realizarlo, pero si permitirá que se conozcan mejor y que se incremente la tolerancia ante la diferencia. Del mismo modo tu debes mostrar una actitud comprensiva con tu pareja. En respetar los gustos particulares está gran parte del éxito de una relación.
El secreto está en no imponer gustos ni hobbies, por más tiempo que pasen juntos o por más enamorados que se sientan, no deben olvidar que siguen siendo dos personas individuales, que están juntos para cumplir sueños y crecer, pero que igualmente tienen distintas formas de pensar. Por ejemplo, si a ti no te gusta el fútbol, pero sabes que el es un gran fanático, podrías algún día acompañarlo a ver un partido de su equipo favorito, si después de esto aún sientes que no te gusta, ofrécele la alternativa que disfrute del fútbol en compañía de sus amigos, verás que, ante esta situación, cuando se trate de un gusto tuyo que a él no le llame la atención, este será comprensivo y de esta manera tú y tu pareja se sentirán felices.
Vivir en pareja es una experiencia muy enriquecedora, cuando se tolera la diferencia existe mayor probabilidad de una relación a largo plazo.