Pues te la presento, ella es una de las escritoras feministas más reconocidas en su tierra natal, Nigeria, pero también en el mundo. Es reconocida por tener un trabajo tan impecable que ha sido traducido a más de treinta idiomas.

Chimamanda es autora de Purple Henry, una novela que ganó el Premio de Escritores de la Commonwealth y el Premio Legado Hurston / Wright. La escritora se ha destacado en los últimos años por su posición feminista ante el mundo. Contando en relatos realistas, y una simpática sonrisa lo que se siente ser mujer en un mundo donde el género femenino es invisible ante algo tan simple como los ojos de los camareros que atienden en los restaurantes.

La escritora ha dado a conocer su trabajo y forma de pensar por medio de discursos que hablan de su manera de ver el mundo desde la posición femenina. Inclusive en 2009 fue invitada a hablar en TED, con su charla de El peligro de una historia única, la cual es considerada como una de las charlas más vistas en TED en todos los tiempos. Y luego en 2012, fue invitada nuevamente con  “Todos deberíamos ser feministas”, de la cual resultó una conversación mundial sobre el feminismo y de este se publicó un libro en 2014.

Adiche, con una voz dulce y mucha seguridad en su última participación en TED demostró que ser feminista no es ser mujer, los feministas también pueden ser hombres, como su hermano que en pocas palabras describe como un hombre apuesto y fuerte, que tiene la valentía de ser feminista y respetar el lugar de las mujeres en el mundo.

Esta escritora, que con gran audacia logra que los espectadores se conecten con su discurso, el mismo discurso que atrapa a hombres y mujeres, sin importar su género, para que sean guiados por un camino de historias desalentadoras para el rol de la mujer en el mundo. Porque durante siglos ha sido un rol de servir, cumplir y complacer a la figura masculina. Adiche hacía una pregunta tan simple en el TED de 2012, “¿qué habría sido de mi bisabuela en esta época?, porque ella inconscientemente era feminista, no sabía lo que significaba la palabra, pero era una mujer fuerte, con carácter y decidió no estar con el hombre que le habían impuesto, se fue con el hombre que ella eligió”.

Preguntas tan simples como el “¿qué hubiera pasado si tal vez y las mujeres y los hombres conocieran la palabra feminista?”, renuevan pensamientos en un presente que está en las manos de todos. Adiche, en medio de sus palabras, busca darle un vuelco total al pensamiento egoísta de que el mundo es liderado por la figura masculina. Pues en algunas ocasiones se sintió agredida por el simple hecho de no ser tomada en cuenta en lugares públicos. “Porque he tenido que ver amigas que usan anillos de matrimonio ficticios para que su figura sea tomada en cuenta en eventos públicos, y las respeten. También he tenido que pasar momentos incómodos en hoteles, por el simple hecho de ser mujer de Nigeria y caminar sola me siento tildada como una mujer de mala vida”.

Actos tan básicos como darle un saludo a la mujer en un restaurante, no juzgarla por caminar o estar en un hotel sola, tener en cuenta su dinero, hacerlo valer y también tener un cuenta que sus habilidades son tan valederas como las del hombre en un trabajo, es ahora en lo que Chimamanda trabaja, enfoca sus palabras en poder llegar a ese equilibrio donde nadie es más que nadie, pero nadies es menor que nadie. A eso quiere llegar esta escritora, a un mundo donde el feminismo no sea juzgado ni extremista, a un mundo donde las mujeres puedan estar confiadas de utilizar las prendas que las hace sentir seguras, sin sentirse menospreciadas.