Anna Atkins es considerada la primera mujer fotógrafa, fue una botánica inglesa y la primera persona en publicar una autopublicación, motivo por el que The New York Public Library, la consideran «la primera persona en imprimir y publicar su propio libro íntegramente ilustrado con fotografías» «British algae: impresiones cianotipos». («Cian» es una variante del color azul, «tipia» proviene de la palabra imprimir).
Mediante imágenes azules tomó objetos de la naturaleza cotidianos como son las algas y los plasmó en sus obras convirtiéndolas así en arte. Estas fotografías de las algas británicas fueron publicadas en el año 1843, las algas que allí pueden apreciarse formaban parte de una colección que había recogido en las costas del sudeste de Inglaterra, y en lagos y ríos cercanos al lugar en el que vivía.
Anna Atkins nació en Tonbridge, Kent, Su padre, John George Children, fue un químico, minerólogo y zoólogo, y su modelo a seguir e inspiración a indagar y explorar en el mundo de la ciencia.
Atkins creó el proceso pensando en los desafíos que representaba realizar dibujos precisos de especies científicas, o para el lector tener que recurrir a la imaginación cuando los libros solo tenían descripciones sn gráficos, así fue como lanzó la primera entrega de Fotogramas de cianotipos de algas. Del libro se hicieron tres copias, una de ellas se encuentra en el National Media Museum en Bradford, Inglaterra. Continuó publicando otras entregas de la serie British Algae, además de otros libros como Cianotipias de las Plantas con Flores y Helechos Británicos y Extranjeros.
Su aporte al arte es trascendental al ser este el primer intento de plasmar imágenes, combinando la estética, además de un proceso tecnológico muy avanzado para su época.
En su infancia disfrutaba de la exploración, construyó herbarios y probablemente el hecho de que la botánica era una de la pocas áreas de la ciencia que permitía a mujeres en la época en Inglaterra, esta área de estudio terminó por convertirse en su pasión. En los espacios en que las mujeres no eran permitidas, como lo fue la Royal Society of London for Improving Natural Knowledge, su padre quien era miembro, se encargaba de mantenerla la tanto en cuanto a los avances de la fotografía.
A medida que adquiría conocimiento y sus destrezas mejoraban conoció el proceso fotográfico de de la Cianotipia, desarrollado por el químico, astrónomo Sir John Frederick William en el año 1842, y allí fue donde vio la oportunidad de adaptar las imágenes azules a su pasión sabiendo que este sería un potente método para mantener la documentación de las diversas especies.
Su método consistía en utilizar la luz, sales de hierro, cristal. Ponía sales de hierro al papel, los comprimía con un cristal y las ponía al sol. «Jason Farago relata los pasos de la técnica seguida por Atkins» En primer lugar, untaba abundantemente una hoja de papel con una solución de sales de hierro y la dejaba secar. A continuación, colocaba un alga sobre el papel, lo comprimía bajo un rectángulo de vidrio y situaba el conjunto bajo la luz del sol durante alrededor de 15 minutos. Seguidamente, lavaba el folio expuesto con agua y entonces la parte descubierta del papel adquiría un color azul intenso. El resto de la página, ocupada por el alga, proporcionaba un dibujo en negativo de color blanco crema, algo parecido a lo que ocurre con los rayos X.
En el año 2017 se celebró en el Rijksmuseum, de Ámsterdam, (New Realities. Photography in the Nineteenth Century). Una importante exposición en la que el libro de Anna Atkins fue destacado. La periodista de The Guardian, Joanna Moorhead, entrevistó al conservador de fotografía Dr. Hans Rooseboom. Quien se refirió a la fotógrafa de la siguiente manera: «Podemos afirmar que Atkins era muy meticulosa, y también muy competente. Usaba un papel de alta calidad, que explica porqué las imágenes han llegado en tan excelente condición hasta hoy […]. Era una experta para establecer el tiempo en que el papel debía permanecer expuesto a la luz del sol, de forma que las imágenes resultaran lo más nítidas posible. Tengamos presente que ya han transcurrido 170 años y muchas de sus impresiones todavía se mantienen claras».
Su obra fue publicada bajo el nombre A.A, la cual fue interpretada como «Anonymus Amateur». Anna Atkins conservó sus herbarios hasta 1865, fecha en que los donó al Museo Británico. Seis años más tarde, en 1871, murió a la edad de 72 años.